martes, 27 de marzo de 2007

poema

aquí todo palabras en estéreo

allí largos silencios tras las lágrimas

aquí advertising&marketing&merchandising

allí los cielos y las nubes sobre los muertos



aquí, efectivamente, la paz está preparada para la guerra.

jueves, 22 de marzo de 2007

spring


cobalto

ando en una mañana de azul cobalto,
con josh rouse a mi lado y
sus palabras me acercan a mi propia existencia.

las palabras de otros hacen falta,
-a veces-
siempre

el parque en la mañana,
tu rostro mudo,
caminos cruzados y pasos perdidos
.

II.

acordaron la paz tras una mañana de ajustes después del almuerzo tras tomarse una copa tras la partida de póquer tras visitar el excusado tras hablar en inglés después del bostezo detrás del sofá tras el aplauso.

paz duradera
hasta el bombardeo nocturno

sola

Y pensar que estando sola
en las tardes más que desnudas,
más que estar en esas tardes, no estar allí,
con esos cielos múltiples como sacos vacíos,

ante su más que aparente inmutabilidad,
la más pura ley de cambio.

viernes, 9 de marzo de 2007

desencuentros


esas tardes

en esas tardes de corte inglés
de brisa espesa y luz artificial
de ruidos de madera vacía
y voces mudas
encerradas en sí mismas
en esas tardes sin
pero de corte inglés y
cocacolas

oh mar, olas, olas

jueves, 1 de marzo de 2007

beatnik

recorrer tu cuerpo y viajar por todos sus paisajes
inhóspitos, a veces,
otras, sin embargo, anhelantes de caricias o besos

y como un beatnik que no tiene domicilio fijo
-cruzarte de extremo a extremo-
mi universo consiste en una travesía continua
por todas tus sendas y caminos
y cada parada se convierte en una expresión
de vida a muerte

y dormir cada día en uno de tus rincones,
en el desierto de tu vientre o
en el volcán de tu ombligo o
en la maleza de tu cabello

subir a las alturas de tu pecho
sin cuerda ni oxigeno
solo con el piolet de mi deseo
y llegar a su cima coronada
para contemplar tu sueño

navegar entre las olas de tus lágrimas
-desnudo cruzo ese mar salado
hasta caer exhausto en tu párpado-

pasear entre las nubes de tus labios
suaves, blancas,
me deslizo hasta la comisura
para llegar a tu mejilla y recostarme
descansar allí eternamente

un recorrido sin final
porque cuando acaba comienza de nuevo
y me lleva descubrimientos impensables
un segundo antes.